Región Veneto
El Veneto tiene una historia que todavía
hoy en día suscita curiosidad y misterio, con una
cultura importante que se conjuga perfectamente con los espléndidos
paisajes del Lago de Garda, las bellas villas repartidas
por la verde campiña, las montañas mágicas
de las Dolomitas, con sus cumbres espectaculares, y una de
las ciudades más bellas del mundo: Venecia.
Increíblemente situada en la Laguna Veneta, surge
sobre un grupo de islotes y está surcada por unos
canales cruzados por puentes bellísimos, como el célebre
Puentes de los Suspiros, del 1600, llamado así por
los lamentos de los prisioneros que eran llevados ante los
inquisidores del Estado, y el Puente de Rialto, sobre el
Canal Grande, desde cuyas barandas se disfruta de una vista
espectacular. El centro de la ciudad es la estupenda plaza
San Marcos, dominada por la imponente Basílica en
estilo bizantino: uno de los edificios más ricos en
mármoles y mosaicos del mundo, a cuyo lado se encuentra
el Palacio Ducal, máximo ejemplo de la arquitectura
gótica. Debajo de la renacimental Torre del
Reloj,
un pasadizo lleva a las Mercerías, un cruce de callejuelas
bordeadas de tiendas y boutiques, excelente punto de referencia
para ir de compras. Un paseo en góndola o una parada
en los famosos cafés históricos, como el Café Quadri o el Florian, lugar de encuentro de conocidos escritores
tales como Proust, Dickens y Byron, o también el Harry’s
Bar, tan amado por Hemingway, contribuyen sin duda a que
la visita sea muy agradable: aquí es posible beber
un excelente Bellini, un aperitivo a base di vino prosecco
y jugo de durazno blanco.
Quien quiera admirar las obras de Tiziano, el extraordinario
pintor ante quien el gran Carlos V se agachó para
recoger un pincel que se le había caído, debe
ir a los Frari y a la iglesia de Santa
María de la
Salud: aquí se conserva, entre otras, la estupenda
obra de Tintoretto, las Bodas de Caná. También
se celebra Tintoretto en la Escuela
Grande de San Rocco,
por la decoración de sus paredes y de los cielos rasos.
La Piedad en cambio, es la iglesia de Vivaldi, en donde el
gran compositor fue director musical, y que se volvió famosa
precisamente por sus magníficas ejecuciones.
Para darse cuenta del enorme poderío naval de la República
de Venecia en tiempos pasados, es interesante visitar el
enorme astillero del Arsenal, mientras que Ca’ d’Oro,
un palacio gótico-veneciano cuya fachada tiene influencia
oriental, es uno de los palacios más bellos de la
ciudad: tiene una pinacoteca en donde se conservan el San
Sebastián de Mantegna e la Venus
al Espejo de Tiziano
(¡hubo un tiempo en que la fachada estuvo revestida
en oro!).
Venecia se encuentra al centro de importantes eventos culturales,
tales como la Bienal de Arte; la Muestra
Internacional de Cine, en el Lido, conocida localidad balnearia; y el famoso
Carnaval: disfraces centellantes, máscaras originales,
bailes en la plaza y carros alegóricos de gran efecto,
hacen de esta fiesta, que se remonta al siglo XI, la cita
más bella del año. Igualmente interesante es
la fiesta de San Marcos, el 25 de abril, que se caracteriza
por una competencia en góndola, o la Regata
Histórica,
en septiembre: una procesión de barcos antiguos a
lo largo del Canal Grande.
Una excelente alternativa con respecto a la ciudad, es un
agradable paseo por las islas de la Laguna, a las que se
puede llegar en bote de motor o en taxi. En pocos minutos
se llega a Murano, con sus conocidas vidrieras; a Burano,
centro de la pesca y de la producción de encajes,
famosa por sus casas de colores; y a la antigua Torcello,
con su Catedral del año 639 d.C.; la Iglesia
del Redentor,
de Palladio, es la atracción fundamental de la isla
de Giudecca. Al sur de la Laguna se encuentra el pintoresco
centro de Chioggia, puerto vivaz, con sus “Murazzi”,
las antiguas protecciones sobre el mar.
Otra ciudad encantadora es Verona, con sus calles románticas
que recuerdan la linda historia de Romeo y Julieta; ciudad
vivaz, colma de tiendas elegantes y de cafés lujosos
adonde ir para charlar agradablemente, quizás degustando
una copa de excelente vino local: en efecto, a poca distancia
de la ciudad se encuentran los célebres viñedos
de Soave, Bardolino y Valpolicella. El monumento más
bello de Verona es la Arena, un anfiteatro del siglo I d.C.
capaz de hospedar hasta 25.000 espectadores para espectáculos
de ópera, entre los cuales la Aída, de Giuseppe
Verdi, naturalmente “bajo las estrellas” y “a
la luz de la vela”. Cerca de Verona se puede navegar
en bote por el Lago de Garda, con unos paisajes encantadores,
o recorrer el famoso “camino del vino tinto”.
Y si Verona es la ciudad de la ópera y de los espectáculos
teatrales, Vicenza es la ciudad de la arquitectura renacimental,
más exactamente de las magníficas villas de
Andrea Palladio, célebre arquitecto, que en realidad
construyó villas por todo el Veneto por encargo de
las familias aristocráticas de su época. Las
más conocidas son la Villa Valmarana, por sus estupendos
frescos de Tiepolo, y La Rotonda.
También Padua, con la Capilla
de los Scrovegni pintada
al fresco por Giotto, y Treviso, con sus casas y balcones
que se asoman sobre los canales, son unas ciudades bellísimas.
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