Región Basilicata

Escogida por Mel Gibson como teatro natural para su Pasión de Cristo, Matera, ciudad por excelencia de la región, se desarrolla en un ambiente sugestivo: está situada en desplomo sobre un precipicio. Un tiempo sus célebres Sassi, después del ocaso, estaban iluminados por los miles de luces de las linternas.
Los Sassi son cuevas excavadas en la blanda toba volcánica de estas laderas y habitadas desde la Prehistoria, pero que se desarrollaron sobre todo en la Edad Media. Al inicio estuvieron habitadas por monjes, que construyeron capillas y altares, y cubrieron las paredes con bellas pinturas a fresco; sucesivamente se desarrolló una estructura urbana propiamente dicha, habitada por campesinos y constituida por un complejo laberinto de callejas, escaleras, arcos y galerías, pero también graneros, cisternas, huertos y amplias terrazas. Pero estas viviendas, con sus paredes húmedas y sin ventanas, a menudo compartidas con los animales, provocaron problemas higiénicos y sociales, visto que eran más de 15000 las personas que en 1952, cuando una ley estableció la evaluación, vivían en los Sassi. Así pues, la ciudad que en el siglo XII era “magnífica y espléndida” se volvió “el infierno dantesco” descrito por Carlo Levi en su famoso libro Cristo si è fermato a Eboli. Después de la evaluación, los antiguos barrios rebosantes de vida, se volvieron entonces un vacío y melancólico museo del pasado.
Hoy en día, los Sassi de Matera han sido declarados por la Unesco “patrimonio mundial de la humanidad” y figuran entre las 395 maravillas del mundo. Pasando entre los Sassi, una nueva vida se apodera del casco antiguo: además de los pequeños restaurantes, cafés y locales se encuentran también talleres de artesanos y estudios de artistas, que han escogido este ambiente de toba y cuevas para trabajar. Recorriendo el laberinto de calles y callejas de los Sassi se descubren continuamente vistas panorámicas sobre la campaña, de sorprendente belleza, iglesias románicas y barrocas, y palacios señoriales. Un día importante para la ciudad es el 2 de julio, cuando se festeja la Madonna della Bruna: la estatua se lleva en procesión en un carro de papel maché, que al final es conducido al centro de la ciudad y destruido por una gran muchedumbre.
Las colinas de Matera son un fantástico granero y ofrecen muchos tipos de buen pan: del pan clásico al aromatizado con hierbas o miel. Es el producto gastronómico tradicionalmente más importante, fantástico para degustar en las numerosas fiestas como la originalísima fiesta del Matrimonio de los Árboles de Accettura. En esta zona, además, la abundancia de arcilla da uno de los productos más famosos de la tradición artesanal: los característicos silbatos de terracota llamados “cucú”.
Metaponto es conocida, en cambio, desde el punto de vista arqueológico por las espléndidas columnas del templo de las “Tavole Palatine”, del siglo VI a.C., que ya habían fascinado a los viajeros del siglo XVIII, así como Venosa lo es por su espléndido Parque Arqueológico.
La provincia de Potenza es una zona montañosa donde se pueden encontrar pueblos construidos sobre relieves de más de mil metros y recorrer valles verdes llenos de bosques, riachuelos y cursos de agua purísima. Fue ciertamente la belleza de estos lugares y la riqueza de vida animal lo que sugirió a Federico II de Svevia el interés por los estudios de ornitología: el magnífico Castillo de Lagopesole fue construido precisamente por él. En Potenza se encuentra la bella Catedral de S. Gerardo y la Iglesia de S. Francisco, particular testimonio del arte local con evidentes influencias catalanas.
Pero el castillo más famoso de la región es, sin ninguna duda, el de Melfi en cuyo interior se encuentra el Museo Nacional del Melfese, que conserva interesantes restos arqueológicos: la Çatedral, en estilo barroco, está dedicado a la Asunción. En la ciudad, en ocasión de Pentecostés, se lleva a cabo la fiesta del Espíritu Santo, una de las más antiguas de la Basilicata, con desfile en trajes de época y torneo a caballo.
De las uvas de esta zona proviene el Aglianico DOC, un excelente vino tinto, indudablemente uno de los mejores de la región, con un sabor seco y armonioso.
Un centro turístico muy importante es Maratea, con su parte alta, la más antigua de la ciudad, caracterizada por callejuelas estrechas con pórticos y portales y antiguas iglesias.
La costa de la Lucania, muy accidentada, cuenta con numerosas grutas, de sorprendente belleza, caracterizadas por sugestivos efectos de luz y colores: la gruta del Sogno tiene una espectacular entrada a espolón sobre el mar.
Vilsinni, por último, es conocida por el Parque Literario dedicado a Isabella Morra, poetisa del Siglo XVI, que había vivido casi segregada en el castillo de su familia, desahogando su soledad con la composición de versos. Quien ame la poesía debería visitarla y recorrer los “viajes sentimentales” en los lugares en que vivió la desafortunada poetisa.

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