Región Cerdeña
La imagen que generalmente se tiene de esta
región es la de una civilización de pastores
refugiada en un ambiente salvaje e inaccesible: imagen confirmada
por las novelas de Gracia Deledda, Premio Nobel en 1926,
o por la poesía de Sebastiano Satta. En realidad,
es verdad que la región tiene características
peculiares que constituyen atractivos de gran encanto: no
sólo las playas intactas, el mar color esmeralda,
el verde de las montañas, sino también el carácter
reservado de la gente, la vida recatada y modesta de los
pequeños centros poblados altos sobre las colinas
y sobre los picos, las imponentes construcciones de la historia
pasada, las numerosas manifestaciones de una vida tradicional
que resiste en las fiestas, en la vestimenta popular, en
el propio idioma y en ciertos modos de trabajar y de vivir
que son, aún hoy, típicos de gran parte de
Cerdeña y que hacen de ella una región realmente “diferente”.
La expresión más ejemplar de esta diversidad
son los Nuraghi, torres milenarias construidas sobre filas
de grandes bloques de piedra superpuestos, unos sobre otros,
sin utilizar argamasa de cemento. Cerdeña está llena
de estas torres, hay más de 7000: altos sobre las
crestas de las colinas, se recortan en el cielo aún
amenazadores y se quedan allí, para testimoniar una
civilización realmente original.
A este propósito, basta pensar en cómo se ha
conservado el uso del caballo en las fiestas religiosas,
en los cortejos a personajes ilustres o en las carreras del “palio”:
Los ejemplos más interesantes de espectáculos
de habilidades ecuestres están constituidos por las
Pariglie de Santu Lussurgiu y la Sartiglia de Oristano; esta última
es una carrera de caballos que se efectúa en Carnaval
durante una compleja manifestación que presenta diferentes
momentos rituales. Son conocidas también la Cavalcata
Sarda en Sassari y la carrera ritual de Ardia en Sedilo y
Pozzomaggiore, durante la fiesta de San Constantino.
Asimismo, el traje tradicional sigue siendo utilizado aún
hoy, en ocasión de las ferias, las fiestas patronales
o los matrimonios: para conocer todos los aspectos, es interesante
visitar el Museo del Traje Típico de Nuoro.
La región de Campidano, por su parte, es famosa por
el antiquísimo labrado de los metales, sobre todo
los cuchillos, actividad rica de historia, celebrada por
el Museo del Cuchillo Sardo de Arbus donde es posible admirar
algunos magníficos ejemplares.
Entre las bellas ciudades de Cerdeña está Cagliari,
ligada indisolublemente a su Castillo es decir, el barrio
histórico rodeado por el cinturón de los bastiones
sobre la cima de un peñón calcáreo;
el panorama que se admira es impresionante: el mar, el puerto,
el estanque y las antiguas salinas, que actualmente ya no
están activas, pero han incidido profundamente en
la historia de esta ciudad. Es célebre también
el mercado del pescado de San Benedetto en el cual los olores,
los colores, las personas y el lenguaje popular muestran
el verdadero carácter de esta ciudad, el más
cotidiano y, por lo tanto, el más sincero.
La costa sur-occidental de la Isla es una de las más
variadas: rica de acantilados, grutas, soberbios promontorios,
calas arenosas y espléndidas playas, como la de Chia.
Este encanto natural aumenta en la isla de S. Antioco y en
la de S. Pietro. Columnas y mosaicos de pavimento se admiran,
en cambio, en la antigua ciudad Nora.
También el Golfo de Oristano presenta playas magníficas
y un mar transparente. Y, en el interior, bosques fascinantes
y mesetas, donde es fácil encontrar los potros cimarrones
de la zona con sus ojos almendrados, que viven en estado
salvaje desde hace siglos. La historia, por estos lugares,
ha dejado huellas profundas, bien representadas en el área
arqueológica de Tharros.
En Cerdeña hay otro verde no muy distinto del verde
del mare: es el verde de las montañas y de las mesetas,
reino de la economía pastoril; quien haya leído
Padre padrone lo sabe. En efecto, nadie puede quedarse indiferente
frente al encanto de un territorio en su mayor parte incontaminado
y salvaje, como el majestuoso Gennargentu que con sus ásperos
paisajes marcados por el viento, recuerda el alma antigua
de esta región: es de esta zona el Cannonau, famoso
vino sardo, y el Casizolu, queso conocido por sus sabores
fuertes. Otro lugar auténtico es Orgosolo, con su
casco antiguo caracterizado por los famosos “murales”.
Por último, La Gallura, es una de las regiones más
características de Cerdeña que encierra diferentes
realidades: las arenosas costas de Santa Teresa di
Gallura,
la naturaleza incontaminada del archipiélago de la
Maddalena, la atmósfera mundana de la Costa
Esmeralda.
Aquí, Porto Cervo, afamado localidad “chic”,
gira alrededor de la famosa “piazzetta” y se
extiende alrededor del Porto Vecchio; los más bellos
barcos del mundo se reúnen, por su parte, en la Marina.
Pero quien no posee un yate también puede saborear
los panoramas que ofrece la costa en los alrededores.
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