Cocina italiana
La cocina es, sin lugar a dudas, una parte muy importe de
la cultura italiana.Conocida en todo el mundo, amada y continuamente
imitada, ha sido capaz de dar placer y alegría de vivir
en todas las latitudes. Sabemos cuál es la reacción
de cualquier individuo cuando, en cualquier caótica
ciudad industrial del mundo, cansado y deprimido, encuentra
un letrero de comida italiana: siente que su corazón
se conforta.Se trata de una cocina rica, nutritiva y saludable,
transmitida por siglos a través de la vida familiar.
Su carácter es esencialmente campesino y, como tal,
está vinculada a nuestra tierra y a los frutos que
produce en el curso de las estaciones: en consecuencia, es
una cocina genuina y basada en ingredientes naturales.
Es rica en exquisitos platos únicos, como la pasta
con verduras, hortalizas o legumbres: ingredientes esenciales
de nuestras tradiciones locales; pero también ofrece
una gran variedad de carnes, excelente pescado (abundante
en los mares de la península), quesos aromáticos
y deliciosos postres. Con todo, es indudable que el elemento
fuerte en nuestra mesa es el primer plato, en
todas sus variedades: pasta seca o en caldo, diferentes
tipos de arroz guisado, sopas y minestrones, flanes, etc.
Pero no podemos olvidar que gran parte de los platos tradicionales
más difundidos provienen de la cocina pobre, campesina
y de las clases menos pudientes que, en el transcurso del
tiempo, han creado no obstante las difíciles
condiciones de vida- auténticas especialidades.
Un ejemplo de ello son las sopas a base de pan duro y verduras
- como la ribollita y el acquacotta de la Toscana
- y una gran cantidad de platos que, a pesar de basarse en
ingredientes de bajo linaje, se han transformado
en platos clásicos de la cocina italiana. Esto demuestra
que el buen sabor de un plato se debe, esencialmente, a la
combinación mágica y única de sabores
y aromas, tiempos de cocción, dosis de ingredientes,
capacidad creativa individual y esmero durante la preparación.
Frecuentemente, en la preparación de una comida, es
suficiente un detalle, un matiz, para superar las fronteras
de un resultado normal y transformar cualquier
plato en un verdadero triunfo del sabor. Por ese motivo, en
la cocina italiana, la pasión es un requisito fundamental,
sin el cual no es posible lograr la excelencia, como en todos
los demás aspectos de la vida. Si bien con variantes
regionales, nuestra cocina mantiene sus platos fuertes
en todo el territorio, y permite crear manjares más
importantes cuando es elaborada con mayor riqueza de ingredientes
por cocineros refinados y expertos. Por último, deseamos
ofrecer un consejo para preparar un almuerzo a la italiana.
Se puede comenzar con una entrada de crostini
(tostadas) a la napolitana y, luego de estos reconfortantes
sabores mediterráneos, continuar con un primer plato
de macarrones con bróculi a la siciliana. Luego
pasamos al segundo plato: un espléndido cordero
de leche al horno con patatas tempraneras. Podríamos
terminar aquí pero - como se sabe - siempre queda un
pequeño lugar para el postre. Por lo tanto, podemos
añadir al menú un aromático tiramisú:
el postre ideal para coronar un almuerzo realmente excepcional.
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